El post de hoy lo quiero dedicar a esa persona que se exige todos los días ser perfecta "YO".
"TIEMPO" cuántas veces nos quejamos de no tenerlo
¡No tengo tiempo para hacer ejercicio!
¡No tengo tiempo para hacer las cosas que me gustan!
¡No tengo tiempo para charlar con los amigos!
Perdón, pero no tuve tiempo de decirte "BUENOS DÍAS"
¡Upps! no tuve tiempo de contestar tu mensaje
En efecto el tiempo es cuantificable, es decir lo medimos siempre, programamos una alarma para levantarnos a buena hora, planificamos nuestras actividades diarias, checamos nuestra entrada y salida del trabajo, cronometramos el tiempo que dedicamos a hacer ejercicio, sin embargo nunca o pocas veces medimos el tiempo que dedicamos a ser felices y sólo cuando sabes que se agota, decides darte un espacio para ti y las cosas que disfrutarías hacer.
Hace poco escuché que la vida se va al ritmo de las manecillas del reloj y los objetos materiales por los que trabajaste, los hijos que con tanto amor cuidaste, las horas que dedicaste en la oficina, las relaciones que creíste permanentes ... todo se va o se desvanece y al final del camino, sólo quedas tú "contigo".
Cuando era niña escuchaba a mi mamá replicar "pude haber trabajado en un hospital, pero quise estar con ustedes" (ella quería ser enfermera, sin embargo trabajó durante 40 años como educadora voluntaria), ahora tiene 63 años y cada vez que hablamos por teléfono o la visitamos refunfuña "estoy cansada de cuidar nietos" . Es ahí cuando le aconsejo regalarse un espacio para ella ¡aprende a nadar! lo has querido hacer desde hace varios años, escápate con papá, váyanse de viaje; su respuesta es simple "No tengo tiempo, soy demasiado grande".
Es curioso lo fácil que resulta dar un consejo, pero lo poco práctico que es realizarlo, como ejemplo hace poco salí a pasear en bicicleta con una amiga en domingo, algo diferente en mi rutina ya que ese día está destinado a despertar y estar con la familia, bueno pues ya en contexto, resultaron increíbles las veces que una vocecilla interna me repitió:
-Tenemos hasta las 10 am, ¿qué estarán haciendo las niñas? pudiste haberte quedado a hacerles el desayuno, ¿cómo puedes divertirte sin ellas?
Después de algunos minutos esa voz cesó, al despedirme de Irma le agradecí la magnífica charla, nos compartimos algunas fotografías y me descubrí tan feliz y tan "yo" que no pude evitar recordar a la niña Denisse que disfrutaba salir en bicicleta junto a su hermano mayor mientras nos llovía a cántaros, entonces pensé en voz alta ¡qué bonito es ser niño! nunca me importó si se mojaban mis zapatos, tampoco pensé que podría enfermarme, incluso recuerdo degustar una nieve de limón con los granizos recolectados; a lo que voy es que los niños actúan siempre sin filtros, si algo no les gusta te lo dicen así al natural, es más te lo escupen, si quieren ese dulce del aparador te lo piden con esos ojitos llenos de dulzura y si no funciona, pues aplican la de gritar y patalear, entonces tú adulto por pena y para que se calle, finalmente se lo compras, el pequeño sujeto en efecto, sabe que en casa le espera un rosario de cosas que no le debes hacer a tus papás en el súper, pero no le importa, simplemente lo hace.
Así pues, llegué a la conclusión de que mucho de algo no es sano, dedicar tu vida al trabajo, pasar horas en el gimnasio, correr sólo correr, ser perfecto en todo y quedar bien con todos; nos enseñaron a dar amor no importando si duele, porque algún día, quizá no en la vida terrenal, finalmente.... serás feliz. Nos han hecho creer que si te atreves a hacer algo "distinto" es altamente probable que fracases, que si lo intentas más vale que sea bien o mejor no lo hagas. Sin embargo la vida te va enseñando que no está mal equivocarse , es humano y parte de crecer, que se vale tomar riesgos y emocionarte por los eventos venideros, que puedes llorar por tus miedos pero también aprender a sonreír con ellos, que siempre es buen tiempo para hacerle caso a esa corazonada que te exige salir de tu zona de confort, concédete la oportunidad de sentir, de experimentar y las veces que sean necesarias vuelve a tu niño interior, ríe a carcajadas, baila, canta ,haz travesuras, diviértete.
Sal en búsqueda de tu sombra, reconócela, entablen una conversación ¡reconcíliense! porque eso que tanto niegas y que te fastidia con frecuencia, te somete, sin embargo si logras asimilarle como parte tuya, ganarás al mejor aliado y le habrás trascendido; el proceso lleva tiempo pero merece hacerle frente, es parte de sanar y de estar en paz con todas tus versiones.
Suelta la vida que tenías planeada, deja de luchar por encontrar respuestas, besa tus cicatrices, pórtalas con orgullo y dale la bienvenida a la vida que te está esperando.
Pensar en ti no es acto de egoísmo, es un acto de amor, así que ámate intensamente, enciende tu fuego interno, regálate el tiempo que necesites, lo vales y lo mereces. Piensa en las experiencias que quieres atesorar al final de tu viaje y así, sin más... emprende esa aventura ¡es toda tuya!.
Por Denisse Fernández
Twitter @d3ni553_ff @FénixRun_Mexico
Comentarios
Publicar un comentario