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Mostrando las entradas de junio, 2022

Eres una chingona CRÉELO

Te ví en un rincón llorando mientras intentabas juntar tus piezas rotas Quieres levantarte pero el alma aún duele. ¡No temas! Limpia tu rostro  Y observa con amor a esa gran mujer  reflejada en el espejo Dile estoy aquí  llegó nuestro momento. Pinta con cautela tus pestañas y ponte ese labial rojo que destaca tu belleza. Hoy, es un gran día es el comienzo de una historia la tuya y esta vez  ¡Tú la escribes! Enciende tu fuego y disfruta tu locura, sé siempre TÚ, sólo TÚ.   Eres una chingona Créelo  Siéntelo  Víbralo tu alma es inquebrantable y el mundo es TUYO. Por Denisse Fernández Twitter @d3ni553_ff 

Caídas de Gigante

  En sus marcas, listos... ¡Vamos!.  Para tener momentos épicos hay que aprender a crearlos. Me preguntaba un día ¿es fácil?, mi inconsciente me dijo "si" , al mismo tiempo que respondía, ¡PUES NO!. Para crear momentos épicos me puse a recordar aquellos momentos en los que me había sentido en mi máxima expresión, justo ahí tenía la respuesta. Las variables que me habían ayudado eran la Gente con la que estuve, lo que compartí, lo que recibí, lo que aprendí, con lo que me quedé, mi ultima maratón me lo confirmó. No corro porque quiero, corro porque puedo, y porque puedo lo hago.  Pasa lo mismo en mi vida, él nos pone las batallas que podemos pelear, de un modo u otro, pues al final nacimos para crear.  El mal momento que puedes estar viviendo sólo es un pedazo del pastel que estás por devorar,  "ocupas a la Gente correcta" para todo, para vivir, para jugar al fútbol, para salir a tomar cheve, por el cafecito, para todo. No puedes crecer sin ellos, no todos, " só...

LA HISTORIA DE UNA LIEBRE

Los amigos que me siguen por  redes sociales saben que en mis tiempos libres disfruto correr, pero aquellos que forman parte de mi círculo más cercano conocen mi versión como mamá de dos hermosas niñas Angy (17 años) y Vale (9 años), a la mayor de ellas, le llamo la liebre . La primera vez que corrió lo hizo sin entrenamiento, mis críticos dirán ¡mala madre!  Ahí les va la historia, resulta que ella tenía algo así como 12 años y yo correría por segunda ocasión 5k en un evento de la ciudad, entonces a modo de broma le dije : -¡acompaña a tu mamá no se vaya a perder! Angy  sin pensarlo respondió ¡vamos! Los primeros kms los hizo a mi lado, pero a los pocos minutos con cara traviesa preguntó -¿puedo? y me señaló el bloque de corredores que iban al frente, con voz entrecortada contesté -okkkkkk te veo en la meta, atenta al celular . Lo que sigue ya lo imaginarán, llegué al arco y la liebre estaba ahí "esperando" , para las 11 de la mañana  yacía envuelta  en un edr...